viernes, noviembre 10, 2017

Zsófia




Esta joven húngara es huidiza. Hay poco suyo por allí.

Un día, cuando esta bitácora sea pasado, probablemente usted recordará que a Zsófia Boros ya la conocía.








Marcello



No lo niego: lleva su tiempo.

Pero al fin uno encuentra lo que busca.

Una versión digna del famoso concierto en re menor para oboe de Alessandro Marcello.





Y hasta dos versiones, y tienen que ser dos porque en esta otra Bach ya había metido mano (BWV 974...)







jueves, noviembre 09, 2017

Aleksandr




No todos, no cualquiera.

El Verano.

Vivaldi.

El arte del bayán ruso.

Un virtuoso ucraniano, Aleksandr Hrustevich.











miércoles, noviembre 08, 2017

Duelo




Diga lo que quiera: yo pasé una buena tarde...



 









lunes, noviembre 06, 2017

Sono




Tengo apenas el tiempo de siete canzoni para explicarme.

Siete cualesquiera.

Fiorella Mannoia, por ejemplo: y que lo explique ella por mí.

Porque no es Vivaldi o un Chianti o Dante o Paganini o Roma o il prosciutto o Venezia o Napoli o i penne rigate o Il Mare.

Es todo y cualquier cosa en todo y cualquier cosa.


Es Italia.









domingo, noviembre 05, 2017

Ojos dorados




Es lo que alguien vería si tuviera ojos dorados.

De donde, la milonga de Zitarrosa -que viene aquí como pintada- me atropelló desde el fondo de los años. Años dorados, también.

No hay muchas versiones buenas de esta pieza maestra del uruguayo.

Queda con ustedes el original (en tres maneras) y una versión que me da que es la mejor que se encuentra por allí.







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La foto notable que ilustra la entrada me llegó hoy. Uno de los de la casa anda amansando caballos criollos por la pampa de La Pampa. Y vio esto. Y lo vio bien.

Y lo dijo, como se dicen las imágenes, claro.





sábado, noviembre 04, 2017

Todavía




Hace unos días estoy con ella, oyéndola cantar, ahora que ya no es más del tiempo.


Siempre estoy oyendo voces. Es necesario. E inagotable. No alcanza una vida de hombre.

Así di con su voz espléndida.

Quise saber algo más de su nombre, desconocido para mí. Y fue así que lo primero que vine a saber es que había muerto hace algo más de un año. Joven todavía.

Supe que llegó tarde a la música, que su registro -tan sugerente y límpido- era para las músicas renascimentales y barrocas. Supe que esta hija de Pavia también daba clases de canto por Italia, de norte a sur, y que en todas partes la apreciaban y querían.

Y apenas alguna cosa más supe, nada casi.

Por eso hace unos días estoy con ella, oyéndola cantar, ahora que ya no es más del tiempo.

Ahora, su voz viva, superviviente, me deshace la muerte.


Se llamó entre nosotros Lavinia Bertotti.