viernes, agosto 30, 2013

Pampa





1. Triunfo

2. Cielito federal

3. De balde te estoy mirando

4. Domingo pampeano

5. Muda la vana esperanza

6. Viejo estilo

7. Mi caballo atado

8. El palito



Agosto ya entra a salir
y quién sabe adónde irá;
a qué rumbos rumbeará
yo no lo puedo decir.
Pero, antes de partir,
nos deja, como baluartes,
canto y guitarra, las artes
de don Atilio Reynoso,
cantor sereno y juicioso,
que aquí les dejo en dos partes.




jueves, agosto 29, 2013

Niamh



Bold Doherty
Niamh Parsons

Clohinne winds
Niamh Parsons

Flower of Finnae
Niamh Parsons

Horo Johnny
Niamh Parsons

Rambling irishman
Niamh Parsons

West coast of Clare
Niamh Parsons

The water is wide
Niamh Parsons

Orphan's wedding
Niamh Parsons

The men that God made mad
Niamh Parsons - Graham Dunne

John Condon
Niamh Parsons - Graham Dunne





Jamás.

Imposible.

¿Cómo podría olvidarse una voz irlandesa?


Una voz irlandesa no se olvida.



miércoles, agosto 28, 2013

Gaeil





Cathie Ryan 

Niamh Parsons 

Catherine-Ann MacPhee

The Chieftains - Don Williams

Paul Brady

Paul Brady - Andy Irvine




martes, agosto 27, 2013

Tres historias





Todo empezó porque hace unos días volví a ver Gallipoli. Los más atentos saben que traje en su momento partes de la música de la película. Ya por las mías, recordé el final terrible, y que esas escenas llevan música del conocido Adagio de Albinoni.

Bien.

Oigamos, primero, el Adagio que dicen de Albinoni.

Veamos, ahora, algo que ya saben los que saben.
El Adagio de Albinoni o Adagio en sol menor es una obra para orquesta de cuerdas y órgano en sol menor, compuesta en 1945 por el musicólogo italiano Remo Giazotto. Publicado por primera vez en 1958 por la editorial Casa Ricordi, el editor lanzó como argumento de venta que el autor se había basado en unos fragmentos de un movimiento lento de una sonata a trío de Tomaso Albinoni presumiblemente encontrados en las ruinas de la Biblioteca de Dresde tras los bombardeos de la ciudad acaecidos en la Segunda Guerra Mundial, pero nunca se ha encontrado una prueba seria de la existencia de tales fragmentos; por el contrario la «Staatsbibliothek Dresden» ha desmentido formalmente tenerlas en su colección de partituras.
Así que Albinoni, nones...

El caso es que me quedó dando vueltas en la cabeza la melodía y -me pasa seguido- me pareció que sonaba como la no menos famosa Aria sobre la cuerda de sol, que dizque compuso Johann Bach.

Del aria dicha, elegí dos versiones porque sí.

Una en guitarra clásica ejecutada por Per-Olov Kindgren. Otra, dicha por un ensemble de 7 celli, con un solista llamado Aleksi Tuomela, talentoso joven finlandés.

Ahora bien.

La pieza en cuestión, en todo caso, proviene en realidad de la Suite N° 3 en Re mayor  BWV 1068 y sus movimientos son Ouverture, Air, Gavotte I y II, Bourreé y Giga. El segundo, Air, es de lo que estamos hablando.

La llaman “Aria para la cuerda sol” porque se ejecuta en la cuarta cuerda del violín. Pero, en realidad, debe su nombre a August Wilhelmj, un talentoso violinista alemán del siglo XIX, que hizo una transcripción para violín y piano con ese artificio.

Dicen por allí que
Transponiendo la tonalidad de la obra del re mayor al do mayor y transfiriendo la melodía una octava abajo, Wilhelmj pudo interpretar la pieza únicamente en una cuerda de su violín, la cuerda de sol.

Posteriormente se generó una historia espuria acerca de que la melodía siempre se había planeado únicamente para la cuerda de sol.
En fin: para los que saben de estas cosas, Air, el segundo movimiento original, suena en realidad como se oye aquí, en la versión de la Academia St. Martin in the Fields.

Y otra vez: Bach sí, pero no tanto, casi como el Adagio...

Pero eso no es todo.

Porque también me parecía que el Adagio que desencadenó todo esta parrafada, de que lo que es no es lo que parece, tenía un aire no sólo a Air, sino también al Canon de Johann Pachelbel, archioído también.

Sin embargo, he aquí que para los entendidos,
Aunque la obra es denominada como Canon en re mayor se refiere únicamente a una parte de su estructura. Si bien es un canon perfecto o cerrado a tres voces (una forma polifónica previa a la fuga), posee las características de otra forma musical barroca (tema con variaciones) que usaron danzas en tiempos ternarios como la chacona o el pasacalle. En conclusión, esta obra está estructurada como canon, tema con variaciones, y además está basada, tanto armónica como estructuralmente, sobre un diseño melódico ostinato (repetitivo) que se repite durante toda la composición en la línea de bajo de dos compases. Este mismo ostinato se repite 28 veces.
De modo que Canon, sí, pero hasta por ahí nomás...



No quiero, por nada del mundo, que se crea que entiendo siquiera la mitad de lo que dicen los peritos a estos respectos en cuanto a las tres obras.

Pero que hay que tener mucho cuidado, hay que.



lunes, agosto 26, 2013

De mí pa' ti





Vicente Amigo - El Pele

Vicente Amigo - El Pele

Vicente Amigo - El Pele

Vicente Amigo - Duquende

Vicente Amigo




domingo, agosto 25, 2013

Caro diario /2

Mire que son dos cosas distintas, Caro.

Y me va a tener que disculpar si no le sigo el dictado al pie de la letra.

Entre 1970 y 1976, más o menos, Antonio Vivaldi me acompañó tantísimo. Muchas cosas suyas fueron el pan de tantas comidas y la harina de tantos panes. Eso, se entiende, no me hace un perito.

No soy un devoto del barroco, así, sin más. Ni siquiera creo que me gusten estas músicas, y otras de este aviso, por lo que tengan de barroco.

Lo cierto es que Vivaldi estuvo en aquellos años. Y así, estando, sigue.

Con su música descubrí el sabor del violonchelo, por ejemplo. Y a él le debo el amor que tengo por ese sonido.

Apenas conservo algunos cuantos discos de aquellos días y, entre ellos, claro, están algunos de Vivaldi. Y, tal vez, Caro diario, usted espera que traiga aquello mismo que fue, además del recuerdo.

Pero.

Con los años, me topé con Il Giardino Armonico. Y he preferido muchas de sus interpretaciones a otras que o eran más lustrosas y linajudas, o eran las que tenía en la memoria. O en mi discoteca, ya algo vapuleada.

Así que, Caro diario, usted me disculpe y no se me ofenda. Guardo buenos recuerdos, sí, de aquellos sonidos. Y a usted que dizque guarda recuerdos, eso le cae bien.

Pero aquí dejo algunas de aquellas partituras que oía entonces, en las manos de otros ejecutantes que no son aquellos.

No creo que esa belleza se pierda o siquiera llegue a ajarse porque ya no esté en aquello que fue y esté en lo que ahora es.

Esta muestra que traigo (y lo muestro porque creo que es bueno verlo, también), tiene cuatro conciertos. Uno para mandolino y laúd, dos de los de cello y otro para viola d'amore y laúd.



En do mayor para mandolino, cuerdas y cembalo, RV 425.





En Mi menor para cello y continuo, RV 409.





En La menor para cello y cuerdas, RV 419.





En Re menor para viola d'amore, laúd, cuerdas y cembalo, RV 540.







sábado, agosto 24, 2013

Caro diario


Son los '60 y los '70.

Mis.

Algo de lo que oía en esos años, que vuelve cada tanto.

Estas canciones son como las anotaciones de un diario -supongo- que vuelven a leerse muchos años después y uno las oye -o no- recordando -o no- quién era el que las oía.

¿Vuelven ellas? ¿Vuelve uno? Es uno, más bien. Porque si ellas volvieran y uno ya no es aquel -todavía, de algún modo, en algo- ellas pasan de largo y uno ni se da cuenta. O ni vuelven siquiera.  

Nunca pude llevar esa cosa; un diario, digo. Es una ficción, creo. Y hasta un fraude, no me apure...

No existe el diario íntimo. No se escribe lo íntimo. Escribir es publicar.

Y lo íntimo es íntimo, se entiende.

Por eso.


Caro diario, allí va una parte de mis '60, mis '70.

Simon & Garfunkel.

1. April, come she will
2. Kathy's song
3. Bridge over troubled water
4. Cecilia
5. Bleecker street
6. Rose of Aberdeen
7. For Emily, whenever I may find her 
8. Feuilles - o (En créole haitiano)
9. Leaves that are green
10. Bookends

Y, para dar vuelta esta página, una rareza: Benedictus.


Pero, como son de volver, habrá más cosas, seguro.



viernes, agosto 23, 2013

Come un bel dì di maggio





El frío vuelve. Bien. Fines de agosto. Como si fuera mayo o junio. Aquí en el sur, claro. Porque, en otro mundo, mayo es primavera.

Por eso. Mire usted por dónde, gracias al frío de agosto, fui a dar a la primavera de mayo.

Ahora bien.

Parece fácil. Claro: es cosa de elegir entre bienes; entre bienes equivalentes.

Pero.

¿Qué elige uno cuando elige entre la misma cosa y esa misma cosa pero no la misma?

¿Cómo se puede?

Y, sin embargo...

Fíjese, mi amigo.

En el Acto IV de Andrea Chénier, de Umberto Giordano, hay un aria-romanza final que canta el protagonista, el poeta francés André Chénier, que en vida real fuera guillotinado a los 32 años por Robespierre un día de 1794. Robespierre que, dicho sea, corrió misma suerte unos días después.

Este joven poeta -de curiosa deriva política- será tenido por precursor del romanticismo en Francia y su nombre irá resonando desde Darío hasta el tango (recuerdo ahora uno que lo menciona y cantaba Ignacio Corsini...)

Oí durante años decenas de versiones de esa romanza Come un bel dì di Maggio.

Y me quedo con Come un bel dì di Maggio. Pero, ¿con cuál?

De entre los que tengo ahora a mano (y que recopilo al amparo del fuego...), y sin orden de preferencia, una selección de estilos distintos (para nada definitiva, aunque...) queda aquí, casi como un apunte.

Mario del Monaco, Enrico Caruso, Ferruccio Tagliavini, Beniamino Gigli, Tito Schipa, Jussi Björling, Galliano Masini, Giuseppe Giacomini, Franco Corelli y Bojidar Nikolov .

Y todo gracias al frío de agosto, que es como el de mayo. ¿Qué más se puede hacer sino cortar un poco de leña y volver al reparo, a estar con papeles?

Con todo el tiempo del frío para elegir cuál bel dì di maggio...


_____________________________

La letra del aria que compuso el libretista Luigi Illica, inspirada en unos versos del propio Chénier, dice:
Come un bel dì di maggio
che con bacio di vento
e carezza di raggio,
si spegne in firmamento,
col bacio io d'una rima,
carezza di poesia,
salgo l'estrema cima
dell'esistenza mia.

La sfera che cammina
per ogni umana sorte
ecco già mi avvicina,
all'ora della morte,
e forse pria che l'ultima
mia strofa sia finita
m'annuncierà il carnefice
la fine della vita.

Sia! Strofe, l'ultima Dea!
ancor dona al tuo poeta
la sfolgorante idea,
la fiamma consueta;
io, a te, mentre tu vivida
a me sgorghi dal cuore,
darò per rima,
il gelido spiro d'un uom che muore.

jueves, agosto 22, 2013

Tudo isto é fado




Porque tudo isto é fado. Todavía. Por suerte.

Aunque sea el nuevo viejo fado de siempre, ahora.

Dejo una colección de fadistas jóvenes, apenas algunos de ellos.

Y portugueses todos, de un modo u otro. 

Difícil imitarlos sin ser portugués de un modo u otro. Imposible diría.

Por suerte.

Aquí están.


Ana Moura - Ouvi dizer que me esqueceste
Cuca Roseta - Quem és tu afinal
Raquel Tavares - Rosa da Madragoa
António Zambujo - Para que quero eu olhos (tradicional de Beira Baixa)
Carminho - Escrevi teu nome no vento - Meu amor marinheiro
Joana Amendoeira - Sopra o vento - Todas as horas são breves
Katia Guerreiro - Segredos - Namorico da Rita - Talvez não saibas - Tudo isto é fado
Maria Ana Bobone - Natal d'Elvas
Maria Ana Bobone / Rodrigo Costa Félix - Hortelã mourisca
Rodrigo Costa Félix / Aline Frazão - Fado contido
Mafalda Arnauth - O mar fala de ti - Ai do vento - O que tinha de ser - Lusitana - Meus lindos olhos - No teu poema - Valsa das paixões (con Marco Rodrigues)







miércoles, agosto 21, 2013

Maureen




Es Maureen Forrester.

Verdadera contralto, dicen los entendidos. Una de las poquísimas.

Canadiense, casada, 5 hijos. Murió en 2010. Cumplía 80 años.


Señores, dejemos eso: hay que oírla, cosa que saben los que saben.

Y ya.


Es ist vollbracht, de La Pasión según san Juan, de J. S. Bach. El cello es de Antonio Janigro, y Herbert Tachezi, al órgano.

Erbarme dich, mein Gott, es de La Pasión según san Mateo, también de Bach. Dragotin Hrdjok, es el solo de violín. También está Herbert Tachezi.

Widerstehe doch der Sünde es de la Cantata 54, de Bach también. La orquesta, como en las anteriores, I Solisti di Zagreb, con Antonio Janigro a la batuta.

Y, para el final, gusto personal, su versión de Che farò senza Euridice, del Orfeo y Eurídice, de Christoph Willibald Gluck. La orquesta es la de la Ópera del Estado de Viena que dirige Charles Mackerras.

Insisto: no se distraigan demasiado con todo esto.

Hay que oírla.


martes, agosto 20, 2013

Música de guerra

¿Qué sería una música de guerra? Y si pudieran ir juntas ambas, ¿qué guerra se pelearía con estas músicas?

Peter Weir tuvo la buena idea de incluir algo de esto que traigo, para que se oyera en una tienda de campaña del comandante australiano, horas antes de tener que mandar a sus tropas a la masacre de Galípoli, un día de agosto de 1915, impericia y estupidez británica mediante.

La película, que es de 1981 y creo que es la primera grande que filmó Mel Gibson, lleva el mismo nombre de aquella zona turca de los Dardanelos.




Weir eligió, para la escena terrible de ese hombre solo, el dúo Au fond du temple saint, del acto primero de Les Pêcheurs de Perles, de Georges Bizet, en esta versión de Léopold Simoneau, tenor, y Réne Bianco, barítono.

Sirve de complemento, pero ya por mi cuenta, la romanza Je crois entendre encore del mismo acto y la misma ópera, también por Simoneau.

De regalo, y porque me gusta, ambas partituras otra vez, pero en la versión de Jussi Björling y Robert Merrill, para el dúo, y sólo con el sueco Björling para la romanza.


Si no vieron Gallipoli, tendrán que verla y ver si no es cierto acaso que es música de guerra.

Claro. Depende de qué crea usted que es la guerra.



domingo, agosto 18, 2013

Vientito del Tucumán



Si fuera oratoria o retórica, sería la captatio benevolentiae de un exordio; si fuera galantería, sería serenata.

Pero creo que hoy por hoy es más que nada impetratorio, que es como decir una ofrenda -musical, claro- que habrá de volver en forma de alguna gracia, favor o regalo. Quién sabe.

Allá van adelantadas como envío, entonces, estas cosas tucumanas. Y a ver si me las encuentro cuando esté por esos pagos, y si me vuelven en forma de regalo y cómo.

Una primera cosa.

El Cuchi Leguizamón y Si llega a ser tucumana; A Monteros, con El Chango Nieto; Caminito de Acheral y Luciano Pereyra; De Simoca y La raqueña con el Dúo Coplanacu; Los Fronterizos haciendo Corazón de Limón y la reliquia de Martha de los Ríos en Nostalgias tucumanas.

Y una segunda: no se puede llegar a Tucumán sin Atahualpa Yupanqui. Por eso: Luna tucumana, La tucumanita, Zamba del grillo, La pobrecita y Adiós, Tucumán.

Pero, espere. No se vaya todavía.

Hay una cosa más, que no hay dos sin tres...

Resulta que Divididos, como se sabe, le puso música a un poema de Atahualpa que él no había hecho canción. No me gusta del todo -y se me perdone- la versión rock de los muchachos, aunque creo que en esto y aquello acertaron algo con la melodía. Por eso me pasé un tiempo largo buscando a alguien que hiciera lo mismo pero distinto. Y encontré al fin a un joven Esteban 'Coyo' Fanproyen que en el comedor de su casa con unos amigos la grabó. Las guitarras criollas y el bombo en algo acercan el asunto a lo que podría haber sido. Igual, creo, Vientito del Tucumán merecía mejor suerte.

Por ahora, es lo que hay.

Pero, como el vientito sopla donde quiere, no vaya a ser cosa que en el Tucumán encuentre algo mejor.



sábado, agosto 17, 2013

Ragazza

Una cosa es querer cantar. Otra, poder cantar. Y otra, saber cantar.

Que yo no pueda del todo con ninguna de las tres, hace disculpable mi juicio en estas cosas. Pero, tal vez haya algo más que el propio canto que permita gustar y entender del canto sin el canto, si es que usted me entiende.

De hecho, hasta conozco algunas gentes que pueden con las tres cosas y su juicio no merece el más mínimo respeto, vaya a saber por qué será.

El caso es que hace tiempo vengo siguiéndole los pasos a Roberta Mameli, una ragazza (diría un buen amigo que llama así a todas las mujeres) que ha logrado varias cosas difíciles en ese mundo.

Encontré estos dos fragmentos de su participación reciente en una versión de Orfeo y Eurídice de Gluck. Son de julio de este año. La particularidad en este caso es también la orquesta y la puesta. Modo Antiquo son dos orquestas formadas por Federico Maria Sardelli -ya lo veremos otra vez por aquí-, una medieval y la otra barroca, que es la que dirige ahora.

La ragazza canta la parte de Eurídice, como se ve. Porque la traigo así, visualmente, para que se la vea en acción, cosa que también importa. Y lo verán, al ver. Tampoco es mala idea tenerla en blanco y negro, mi sembra.

Por esta vez, se puede ser benevolente con el sonido. Paciencia: llegará la versión de estudio.


Una es el aria de Eurídice, del Acto III.





Otra es un dúo con Orfeo (interpretado con Clémentine Margaine) del mismo y terrible Acto III.






viernes, agosto 16, 2013

Orre



Tenía que ir a la estación terminal para volver al tren y al pago. Estaba en la 9 de julio. Probé de tomarme un colectivo y fui a dar a las paradas nuevas. Busqué a ver cuál y encontré la parada del 9.

Y me sonó de pronto en la cabeza como un himno: Línea N° 9, de Rivero. ¡Pero, claro...!

Soy malo para ciertas memorias y, en lo que esperaba el bondi, reconstruí las cuartetas malamente, hasta que completé un par.

No le hace.

Eso merece un brindis lunfa. Y un brindis largo y lento, sobre todo por Edmundo Rivero.

Asunto para porteños, en primer lugar. El resto, si gusta, que aprenda.

1. Línea N° 9
2. Amablemente
3. Mala entraña
4. Tortazos
5. Biaba
6. Batiendo el justo
7. El piro
8. Desde la cana
9. La canchera

10. El conventillo
11. La señora del chalet
12. Canchero (con Horacio Salgan al piano y orquesta)
13. Attenti, pebeta
14. Por culpa del escolazo
15. El deschave
16. Milonga lunfarda
17. Chamuyo / Las diez de última



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Qué quiere que le diga, vea...: si no es, no es, por más que parezca.

¿Ni así entiende una papa del batimento orre? Pero, viejo..., hágame el favor: cache el mataburros.

Ah... ¿Quiere saber más del asunto? Entonces dése una vuelta por la Academia.


Más no puedo hacer.


lunes, agosto 12, 2013

Alfarero



En 90 años se pueden componer muchas cosas en música e interpretar muchas más.

Entonces, una es lo mismo que cien.

Qusiera ser alfarero, son versos de Albérico Mansilla, un abogado dos años más joven que Falú nacido en Buenos Aires que terminó residiendo y ejerciendo en Córdoba; famosísimo por sus letras folklóricas que compuso para tantos.

A esta zamba le puso música Falú, que ya se fue de este mundo, aunque no del todo.