martes, febrero 28, 2012

Ruzäju



La historia que recoge esta canción Ruzäju es tan curiosa como la de su grabación. Pertenece al sardo-ligur Andrea Parodi que aquí la canta con Elena Ledda, gloria de Cerdeña, también ella. El autor la grabó en 2006, en su propia casa, ya enfermo gravemente y poco antes de morir, a los 51 años. Fue su último disco, aunque él no lo vio aparecer.

La canción trata de un pescador ligur y su rosario (eso quiere decir ruzäju), objeto que estos marineros llevan con devoción en cada salida al mar. Hay que decir, para que se entienda, que es costumbre de los pescadores en alta mar cortar rápidamente las redes, aunque y sobre todo cuando estén cargadas de peces, para que, en algún percance grave, no arrastren al marinero al agua, muchas veces en medio de tormentas.

El protagonista de este brano no lo hace en esta ocasión porque en la red quedó enredado el rosario que su padre le regaló y no quiere perderlo por nada del mundo. Y es lo que hace, y así salvó su rosario arriesgando su vida. La pesca también se salvó y fue la más numerosa de cuantas él hubo.

Se dice de Andrea Parodi que, como el pescador de su canción, tampoco él dejó su "rosario". Su esposa, Valentina, parece que lo dijo así: "Come il pescatore della leggenda ha rischiato di perdere la vita per salvare il suo "rosario", così anche lui si è sentito disposto ad affrontare tutto, cantando fino all'ultimo respiro, senza mai tagliare le reti, per non rischiare di perdere quel "bene", tra i più preziosi della sua vita".

La canción está cantada en dialecto ligur.

miércoles, febrero 15, 2012

Malena canta el tango

Viene de Uruguay, la muchacha. La encontré buscando cosas orientales.

La cosa es que, apenas hallarla, me ganó el lado del zurdo haciendo Tormenta, tangazo de Discépolo, al que no se le atreve nadie o casi, qué coraje.

Después, con ese exordio eficaz, ya era cosa de dejarla cantar, nomás.

Llegó entonces con un Pedacito de cielo, o Como dos extraños, o incluso con el consabido, pero elegante, Los mareados.

Vi que hacía también con sentimiento Guitarra, guitarra mía y hasta un Tu pálida voz, que se me hizo que era cosa seria.

Y así, como quien no quiere la cosa, Malena cantó el tango.

martes, febrero 14, 2012

A derecha e izquierda

No es obligatorio, así que puede seguir de largo, si le pinta mejor.

Párese frente al mapa y, diga lo que dijere hoy por hoy el diario del día, a la derecha le queda a uno el Uruguay y a la izquierda le queda Chile.

Allá vamos, entonces.

Por ejemplo, Uruguay.

Animado por algunos hallazgos de Juan Ignacio, recorrí por mi parte el espinel y me quedé con Méritos y merecimientos, en la versión de Malena Muyala. La de su autor, Fernando Cabrera, en compañía, es también escuchable.

La misma Muyala grabó No me esperes, de Zitarrosa, que suena tan diferente cuando la hace el autor.

De la señorita Muyala hay una serie de tangos (los orientales tienen un decir sabroso y tranquilo para el tango, sí...), que tendrán que aparecer dentro de poco por aquí. Pero no ahora.

Pasemos a Chile, un momento apenas.

Una vieja versión de Charo Cofré de unos versos de Pablo Neruda, No te quiero sino porque te quiero, tiene gracia. A mí me gusta más la versión de Violeta Parra, pero es cosa mía.

Apareció entre otras cosas en estos días una canción que hace unos 30 años y feria (dicen en México) que no oía y que recordé que acá en el pago, por entonces, cantaba espléndidamente una comarcana a guitarra sola o sin más, con voz grave y sentida. El cautivo de Til til es canción de Patricio Manns que allá por los '60 grabó Silvia Urbina, y también su autor claro.

El personaje cautivo en cuestión es, por cierto, un todavía controvertido Manuel Rodríguez, héroe romántico -como corresponde a la época- y hombre significativo de la independencia chilena, dizque admirador de San Martín y enemigo de O'Higgins, que murió, dizque también, asesinado. De él y de su figura y fama como militar de tácticas guerrilleras, precisamente, tomaron emblema los miembros del setentista Frente y del ochentista Movimiento Manuel Rodríguez -en su origen, organizaciones insurreccionales chilenas-, entre ellos el autor de la canción, que también compuso una marcha para el frente armado.

Y vamos por la yapa.

La canción y el poema es tema de Alfredo Zitarrosa y no hace mucho lo grabó la sugerente Soledad Villamil. Lo que son los estilos...

Valdivia en la niebla, y para ir terminando por ahora, es una sutilmente politizada canción de amor del propio Manns. La poesía y la dicción me hacen acordar a Celaya, Paco Ibáñez o Amancio Prada. Pero eso me parece a mí, nomás.


Listo, ya puede enrollar el mapa.